Joakim Noah: «No voy a abandonar. Me voy a recuperar»

Joakim Noah es un ejemplo de jueves negro en Wall Street. De cómo un jugador puede pasar de aspirante a Jugador Defensivo del Año a lacra de dimensiones bíblicas de la noche al despertar. Desde que cambiara el proyecto de los Bulls por el de los Knicks, las cosas no han podido ir peor para el francés.

Annus horribilis

Lesión y sanción. Además ambas de las gordas —rodilla que le dejó fuera todo el curso y 20 partidos de sanción por dopaje—. Podría decirse que el infortunio se cebó con el pívot la temporada pasada. Pero viendo sus números, uno casi puede pensar que fue al revés. Que las tragedias se tornaron en salvavidas.

Bajo contrato de 4 años y 72 kilos, Noah estaba promediando hasta el momento de la lesión 5 puntos en 22,1 minutos. Es cierto, también, que esto lo compensaba con 8,8 rebotes; un gran promedio en capturas por minuto jugado, pero absolutamente insuficiente en el juicio holísitico que se realiza al que se esperaba, fuera, uno de los buques insignia del Madison el curso 2016/17.

Se le ha juntado todo y los avatares físicos le han ocasionado una mella descomunal en su rendimiento. Lo que empezó con fascitis —molestas como moscas con veneno de avispa— se extendió a la rodilla y terminó con su hombro. Noah se había convertido en un juguete caro, roto y sin piezas de recambio. A sus 32 años, cuelga de su cuello con el peso de un ancla el cartel de ‘Tóxico’.

Esto es no conocer al francés. Su terquedad, su cabezonería, su pundonor y su sacrificio han sido siempre las mejores —y casi única— armas en un jugador apurado de talento pero con stock de voluntad para hacer de sus fortalezas auténticos muros. El center, que aún sigue en los Knicks, pues ninguna otra franquicia ha querido tragar con su contrato, ha hablado en el podcast Truth Barrel’ del New York Post; y avisa a navegantes.

«Yo no lo traspasaría [su contrato] por cualquier basura. Entiendo que hay mucha gente molesta con esto, pero no yo. No siento lástima por mí mismo. Todo lo que ha sucedido han sido decisiones mías. Soy un adulto. Ha sido todo un desastre porque no he estado jugando bien. Pero me voy a recuperar y voy a volver esta temporada… no voy a abandonar. Conozco New York. Sé que si puedo volver y hacerlo en condiciones, esto puede convertirse en un gran relato».

En defensa de Phil

Además de sobre sí mismo, también tuvo tiempo de recordar otro personaje que ya no forma parte del organigrama de los Knicks. Phil Jackson, el culpable de que las arcas de los Knicks hoy respiren peor bajo el contrato de Noah, dejó de ser Presidente knickerbocker hace unas semanas. Su salida estuvo plagada de críticas y se le hizo total responsable de los pésimos resultados deportivos de la franquicia.

«Es duro ver lo que ha pasado porque tengo mucho respeto hacia Phil. Fue él quien me dio la oportunidad de regresar a casa. De pequeño me leí todos sus libros. Era un gran fan suyo y lo sigo siendo. Las cosas no funcionaron. Es algo que apesta, pero tengo que vivir con ello. Él creyó en mí y no estuve a la altura. Resulta frustrante. Soportó muchas quejas de que todo era su culpa. Pero nosotros no perdimos todos esos partidos por Phil Jackson», ha dicho el jugador galo saliendo en defensa del Maestro Zen.

Un error fatal

Por último, también tuvo tiempo de una hacernos una breve reflexión respecto a lo que le llevó a incurrir en el terrible error del doping.

«Pensé que podía tomar algo que me ayudaría y que no estaba en la lista de sustancia prohibidas, pero resulta que el producto contaminado de una sustancia que sí lo está. Fue algo muy duro. Normalmente acudo a los médicos del equipo, pero esa vez lo hice por mi cuenta y he acabado afectando a mucha a gente a la que quiero y a mi familia. Eso me dolió más que perjudicarme a mí o a mi reputación».


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