Warriors-Cavaliers: una trilogía en busca de campeón

A partir del 1 de junio, Golden State y Cleveland arrancarán unas Finales históricas. Ni siquiera en la rivalidad más legendaria de la historia de la NBA, Celtics contra Lakers, la liga había celebrado tres Finales consecutivas entre los mismos equipos. El tercer asalto entre los proyectos que han impuesto su ley en el Este y el Oeste es ya una realidad, tras la rotunda victoria de los Cavs en el quinto partido de su serie ante Boston.

Ambos equipos tendrán ahora una semana para preparar un duelo esperado desde el principio de temporada. Sin un rival capaz de competir de tú a tú en siete partidos a Cleveland, y con la llegada de Kevin Durant haciendo aún más potente a Golden State, solo lesiones o problemas de química interna hubieran puesto en peligro este enfrentamiento. En el mejor momento de la temporada para ambos equipos, y sin lesiones importantes en sus jugadores clave, su enfrentamiento llegará en un momento perfecto.

Finalista por la vía rápida


Los Warriors esperaban rival desde hacía tres días, tras finiquitar por la vía rápida su serie contra San Antonio. La lesión de tobillo que Kawhi Leonard sufrió en el primer partido allanó el camino, pero no quita brillo a una racha impresionante. Desde los Lakers de 2001 (entonces con un partido menos en primera ronda), ningún otro equipo había llegado invicto a unas Finales NBA. Además, por tercera vez consecutiva, Golden State tendrán el factor cancha a favor, habiendo acabado con el mejor balance de la temporada regular.

Esto no sirvió en 2016, con los Cavs remontando un 3-1 adverso para imponerse a siete partidos, incluyendo dos victorias en el Oracle Arena. Pero Golden State es ahora un equipo más temible. No cuentan con los problemas físicos que disminuyeron a Stephen Curry un año atrás (promedia 28,6 puntos, con un 50,2% en tiros de campo, y 5,6 asistencias), y suman a una estrella hambrienta de título como Kevin Durant. El alero tampoco está decepcionando en estos playoffs, con 25,2 puntos y 7,8 rebotes por partido.

A espaldas de LeBron


Delante, eso sí, está el mejor LeBron James que se ha visto en unos playoffs, aun contando con un mal partido en la serie contra Boston que terminó con la única derrota de los Cavs en su camino a las Finales. El alero, quien superó en el camino a Michael Jordan como máximo anotador histórico en post-temporada. Está promediando 32,5 puntos (56,6% en tiros de campo), 8,0 rebotes, 7,0 asistencias, 2,2 robos y 1,4 tapones por encuentro. Quedarse sin el MVP de la temporada regular fue absolutamente secundario.

Son ya siete Finales NBA (ocho totales) para LeBron James. Algo nunca visto desde la dinastía de los Celtics en los años 60, liderada por Bill Russell. Pero, pese a haber sido el mejor jugador de los playoffs, James no llega solo. Kyrie Irving (24,5 puntos de media) apareció en momentos difíciles y tiene ya buena experiencia rompiendo corazones de los Warriors en Finales. Casi tan importante, Kevin Love (17,2 puntos, con 47,5% en triples, y 10,4 rebotes) está jugando a su mejor nivel desde su llegada a Cleveland.

Final de potencias

Pocos pueden dudar sobre los méritos de los dos finalistas, los mejores equipos del Este y Oeste. Golden State, pese a la ausencia de su entrenador Steve Kerr (es todavía duda para volver a dirigir el equipo en las Finales), se ha consolidado como la mejor defensa de estos playoffs, recibiendo solo 99,1 puntos por 100 posesiones. Delante estará Cleveland con el mejor ataque (120,7 puntos / 100 posesiones). Con un 1-1 en balance directo en Finales, con la salud acompañando y en su momento más dulce, Warriors y Cavaliers están a punto de enfrentarse otra vez. Una serie para la historia con mucho más que un campeonato más en juego.


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