La humillante derrota sufrida a manos de los Dallas Mavericks ha terminado por colmar la paciencia de Will Hardy y quizá ha servido, también, para hacer entender a la gerencia que el proyecto no va hacia ninguna parte con su actual estructura y confección.
En los últimos meses se han compartido numerosos rumores comerciales que han señalado a piezas secundarias de la plantilla como Kelly Olynyk, Talen Horton-Tucker, Jordan Clarkson o Collin Sexton. Sin embargo, poco a poco empieza a emerger un runrún que apunta a un jugador que, hasta no hace mucho, era considerado como intransferible: Lauri Markkanen, quien se ha perdido los últimos seis partidos de los Jazz por problemas musculares en la pierna.
Esta misma semana, el periodista de The Athletic, Jovan Buha, informó que Salt Lake City es uno de los mercados sobre el que Los Angeles Lakers están muy atentos de cara a aprovechar alguna oportunidad comercial. Y si bien no citó expresamente el nombre del internacional finés, otros medios como Sports Illustrated o el periodista Zach Lowe han comenzado a sugerir que su futuro se alejará de los Jazz si estos no logran revertir la situación y construir un equipo verdaderamente competitivo.
Markkanen es el activo de mayor valor del equipo de cara a confeccionar un paquete comercial mayor por un jugador de primera línea o múltiples selecciones del draft futuras. El contrato de John Collins sigue siendo un problema y por Collin Sexton se habla, incluso, de tener que añadir algún ‘pick’ para darle salida, por lo que parece complicado recibir jugadores de cierto nivel por ellos.
Por otro lado, si los Jazz tiran la casa por la ventana en febrero, la apuesta señalará a dar minutos a los Taylor Hendricks, Keyonte George, Brice Sensabaugh, Ochai Agbaji y compañía, chavales que, en su mayoría, acaban de cumplir los 20 años. Aunque todavía es joven, las 26 primaveras de Markkanen podrían no encajar en el ‘timing’ del nuevo proyecto.
Además, emerge una última cuestión: ¿qué hacer si Hendricks confirma su tremendo potencial? Parece lógico pensar que, en última instancia, los Jazz tendrán que elegir entre Markkanen o Hendricks. Sea el próximo mes de febrero o dentro de dos años.
Aquí nos encontramos con otro foco de ‘conflicto’. Markkanen será agente libre en 2025. De los 18 millones de dólares recogidos en su contrato para el curso 2024-25, solo seis de ellos están garantizados. Y existen dudas de que la gerencia quiera ofrecerle un máximo salarial al ala-pívot, quien ya sugirió que lo pedirá. “Estoy enfocado en el Mundial y luego cambiaré de nuevo al ‘chip’ NBA. Se han repartido grandes cantidades de dinero este verano […], pero no pienso en ello ahora mismo”, declaró a principios de agosto, antes de la celebración del Mundial.
Paralelamente, el medio HoopsHype puso sobre la mesa la vía de la renegociación de contrato, que se materializaría en un nuevo acuerdo por cuatro años y 113 millones de dólares. Unos 28 millones por año, muy lejos del máximo que le haría percibir cantidades ascendentes que superarían en sus últimos años los 50 kilos. Y aunque ‘perdone’ algún millón, toda cifra pactada en un nuevo contrato será muy superior a la de una renegociación.
Por otro lado, Markkanen quiere competir, por lo que si los Jazz no mejoran el equipo de forma inmediata, corren el riesgo, incluso, de perderlo a cambio de nada en el periodo estival de 2025. El ‘fantasma’ de Gordon Hayward sigue muy presente.
Con un récord de 7-14 y sonrojantes derrotas como la sufrida este miércoles ante los Mavericks, es posible que los Jazz precisen de cambios estructurales importantes en lugar de pequeños trabajo de ‘chapa y pintura’. Y, de ser así, Markkanen podría ser la pieza más atractiva para muchas franquicias de la liga.
(Fotografía de portada de Michael Reaves/Getty Images)