¿Valdrá el Kanter-Adams ante los Warriors?

Nadie le había dicho a Gregg Popovich que su tradicionalmente glorioso small ball iba a encontrar Kryptonita en la pareja Steven Adams-Enes Kanter de los Thunder. Todos contábamos con los excesos de Kevin Durant y Russell Westbrook, pero lo que jubiló a los actuales Spurs fue la sorpresa interior de Billy Donovan. Dos centers y dictadura correspondiente en rebote, defensa y pintura.

Una vez superada la serie ante San Antonio, a Oklahoma le llega la reválida que cuenta para la media final. ¿Será igual de rotunda la pareja interior ante Golden State Warriors? Analicemos (y por qué no, divaguemos) sobre esta cuestión.

En las semifinales frente a San Antonio, Kanter y Adams compartieron pintura durante 66 minutos, con un saldo de +27 para Oklahoma. Sin embargo, con cualquier otro envoltorio interior (222 minutos) los Thunder hincaron la rodilla (-30 de cómputo global).

Cada cien posesiones, la ecuación Kanter-Adams superó en 21,8 puntos a los Spurs, siendo la pareja más rentable de los Thunder con diferencias abisales. Durant y Westbrook presentaron un balance de +4, aunque también es cierto que fueron piezas coincidentes durante más minutos.

En lo que refiere a los rebotes, batalla que acabó dando la guerra a Oklahoma, con Kanter-Adams los Thunder monopolizaron el 45,1% de capturas ofensivas y 84,1 de las defensivas.

Puntos contraataque

No es que el ritmo de juego de los Spurs pueda medirse en kilómetros por segundo. De ahí que durante los 66 minutos de la interacción Kanter-Adams, solo 14 puntos de San Antonio llegasen vía contraataque.

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Eso sí, la cosa cambiará contra Golden State, líder en puntos tras transición rápida con 28 cada 66 minutos. Los problemas de OKC no acabarían con la prontitud de ataques de los Warriors. También puede haber complicaciones en el ataque estático.

La tendencia de Golden State en parado tiende a la explotación del movimiento sin balón para extraer tiros liberados, y eso con dos pívots grandes en la pintura puede ser una hemorragia. Además, Kanter o Adams tendrían que bailar con Draymond Green, quien siempre podrá jugar abierto para arruinar las dos edificaciones maestras de Billy Donovan.

Small-ball

Y si Golden State choca contra el acantilado donde naufragaron los Spurs, siempre puede quedarle la munición de corto alcance: el small-ball.

Con Green y Harrison Barnes como referencias en altura, los Warriors podrían mover el balón y correr a voluntad hasta hacer descarrilar a Adams o Kanter. Cuanto más rápido sea el juego, menos éxito tendrá la tecla de gran calibre de los Thunder.

Con la huelga de hombres grandes que puede montar Steve Kerr, qué duda cabe, Oklahoma tendría ventaja en el rebote ofensivo y atacando la zona. No obstante, tampoco puede confiar todo su volumen ofensivo a los dos jugadores interiores (Durant y Westbrook absorben la mayoría de ataques).

Ibaka

Así es que, si los Warriors abogan por darse al consejo de las prisas en ataque, el juego de dos pívots de los Thunder tendrá problemas. Quizá una bala interesante para mitigar los efectos de la celeridad sea Serge Ibaka, capaz de no salirse del raíl si los Warriors imponen un ritmo alto. El ala-pívot es más dinámico y puede desplazarse con menos dificultad.

Pero como hemos dicho al comienzo de este artículo, todo esto son suposiciones, ya que con Stephen Curry, Klay Thompson, Durant o Westbrook en la serie, el intercambio de golpes maestros puede ser el esquema más esperable. El que todos esperamos.


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