¿Retener a Jerami Grant? Un ‘asunto no menor’

Sufrir en correcto silencio al que aborreces; convencer al que públicamente anhelas.

Cuando tienes la dura certeza de que Carmelo Anthony va a ejecutar su player option por valor de 27,93 millones de dólares, y al unísono debes preocuparte por que aquel por quien sí estás dispuesto a vaciar (de buena gana) la billetera, Paul George, no se vaya a Lakerland ni a ninguna otra parte, cualquier otro tema que afecte a la plantilla, y se reduzca además a la renovación de un jugador de banquillo, un secundario, un mero rol player, éste (o esto) se convierte, automáticamente, en un asunto menor.

Nos encontramos ante un pick 39 del Draft, de la añada de 2014. Un segunda ronda ‘alto’, que sin poder calificarlo como ‘robo’, este año ha demostrado ser mejor jugador que muchos primeras rondas y algún que otro lottery pick.

Su primera agencia libre

Jerami Grant, un forward que tras cuatro años en la Liga, amasa una espectacular fortuna de 4,27 millones de dólares. Es el peaje que la seguridad salarial del Draft, y lo longevo (para bien y para mal) de los contratos rookies prefabricados y estructurales, arrastran en su inherencia.

En noviembre de 2016, Grant era traspasado de Philadelphia 76ers a Oklahoma City Thunder a cambio de Ersan Ilyasova y una primera ronda de 2020. Su cotización empezaba a burbujear. Lógico por lo tanto que en junio de 2017, en OKC no vacilaran a la hora de sacar provecho a su opción de equipo por unos cómicos y testimoniales 1,52 millones de dólares.

Pero el chollo burgués se terminó. Grant asalta la agencia libre, y los Thunder —(super)equipo que no quiere dejar de serlo— debe tomar una decisión mientras les aprieta el nudo de la hipoteca.

Paso previo: Paul George

Por ahora, sin embargo, en Oklahoma toca resignarse a esperar.

Pues Paul George cuenta con otra option player por 20,7 millones, pero en su caso, a diferencia de Hoodie Melo, no existe la seguridad de que la vaya a activar. Su notable temporada (3º Quinteto de la NBA) le ha permitido reforzar su estatus de gran estrella y por ello, la progresión casuística de renunciar a su opción, salir al mercado y recibir ofertas multianuales que superen los 25 millones la campaña, se adivina como el escenario más real, inminente y que casi seguro está batiendo las palmas con fuerza en el córtex del alero.

En el hipotético y utópico caso de que PG13 decidiera quedarse por los 20,7 y sin negociar una cifra mayor (algo poco probable), la plantilla de Billy Donovan se convertirá, automáticamente y a pesar de los pesares, en una de los más costosas en salarios e impuesto de lujo de la NBA. Pero más preocupante aún es la cuasicerteza de que en OKC están dispuestos a hacer que George vuelva a vestirse de azul trueno… cueste lo que cueste.

George pedirá una salvajada; y los Thunder, gustosamente, se la darán.

Mercado medio, apalancamiento excesivo

Y si una vez reajustadas las cinchas del Big Three a Sam Presti todavía le quedan ganas, estómago y audacia financiera de dar continuidad al proyecto, que no se moleste en volver a guardar la chequera.

Porque como señala el analista de ESPN, Bobby Marks, de apostar por Grant —entre su salario (ponderado) y lo que éste implicaría para el impuesto de lujo— estaríamos hablando de un sobrecoste total (entre él y George) para las arcas de OKC de unos 53 millones de dólares… ¡solo para la primera temporada!

Parece, por lo tanto, que estamos ante una ineludible bifurcación. El de los Thunder es un mercado relativamente modesto, incapaz de competir en pie de igualdad con los de Lakers, Bulls o Knicks.

Ello, unido al apremiante vacío de anillos a pesar de encontrarse año sí, año también, en todas las quinielas y entre el reducido grupo de aspirantes, hace que profanar la frontera del impuesto de lujo no sea una decisión que puedan tomar a la ligera.

*(Dato a considerar: en 2020 los Thunder se liberan del contrato de Carmelo, lo que en la práctica se traduce un único año ‘insostenible’ con el que lidiar. Aunque no hay que olvidar, tampoco, que sólo entre Westbrook y Adams se comen entorno al 60% del presupuesto del equipo hasta el año 2021).

Gerencias NBA: la mala praxis global

La inflación galopante fruto del irracional y aberrante dispendio por parte de (casi todas) las franquicias, y la sumisión descontrolada ante el hedonismo económico de jugadores ‘etiqueta All-Star’ —y lo peor, con jugadores que ni eso— ha, no solo compensado, sino pulverizado, todas las mieles y ventajas que suponía el nuevo contrato televisivo.

Y si a uno le plantean que ‘si Jerami Grant‘, o que si ‘un año más (el de consolidación) de Big Three‘, las vísceras se comen, meriendan y cenan a todo amago de razón. Porque en la línea del párrafo anterior, además, ahora hay un salario —el de Russ— de 5 años y 205 millones de dólares que rentabilizar. Slitzweitz, Jerami.

Jerami Grant; ¿qué ofrece?

Y es ahora cuando de Jerami Grant, versátil forward de 24 años capaz de jugar de ‘5’ en quintetos pequeños, daremos algunos datos. Los que hablan de la notable evolución del jugador entre los cursos 2016/17 y 2017/18.

Selección de tiro. Grant ha incrementado sus minutos en pista esta temporada respecto a la anterior en 116 minutos. Y en más tiempo de juego, ha reducido su volumen de tiros en pos de una mayor efectividad. En lanzamientos de media distancia, un marco en el que Grant nunca ha destacado, ha pasado de sus 14 de 46 del curso pasado, a los 11 de 24 de éste. Pero a pesar de esta refrescante mejora, Grant, poco fiable desde el arco exterior, ha ido preferido ir ganando peso conforme nos acercamos el aro. Dentro del área restringida ha duplicado sus lanzamientos (de 123 a 267), lo cual lleva aparejado un lógico incremento en el acierto en tiros de campo.

Desde la personal. No es el rey del 2+1. Pero como jugador que empieza a volcar sus acciones en las contigüidades del hierro, las opciones de recibir falta (con 2+1 o sin él) que conducen a la personal por hallarte en fase de tiro, se multiplican. Por esto es importante y positivo el siguiente dato. A lo largo de su carrera Grant promedia un 64,1% desde el tiro libre. Este año lo ha cerrado con un 67,5%; pero la lupa debemos posarla sobre su evolución de las recientes semanas. 34 de sus 41 últimos tiros de un punto, acabaron dentro (82,9%).

En el bote. No hay nada de fluido, nada de estético ni nada de elegante en el juego con balón de Jerami Grant. Estamos ante un jugador de clase industrial. Verle botar no enamora, pero su juego vertical hacia el aro está demostrando ser más que eficiente. Este año se ha prodigado más que nunca en su carrera en acciones individuales de penetración. Y que siga. Ha convertido 51 de los 83 (61,4%) de los lanzamientos realizados en este distrito, en comparación con su 31 de 58 (53,4%) de un año atrás.

Polivalencia interior. Grant era un jugador preeminentemente de perímetro en su etapa en los 76ers. Y fue el año pasado cuando vimos los primeros amagos de reconversión. De small forward a power forward. En estos siete últimos meses ha pasado, directamente, a un ‘4’ que hacía las funciones de ‘5’ cuando Steve Adams recuperaba fuerzas en el banquillo. La estadística avanzada revela que en los 81 minutos que Grant ha jugado este año de falso pívot, pero rodeado de titulares, los Thunder han dominado a su rival en el marcador por un montante de 225 a 188. Y cuando ambos han coincidido, es decir, cuando la pintura la ha formado la pareja Grant/Adams —un muestreo de 451 minutos—, el conjunto de Oklahoma ha disfrutado de un +/- muy positivo; un +5, traducido en 109, 9 puntos anotados y 104,8 recibidos por cada 100 posesiones (mientras que en el global de la RS los Thunder presentan un +2,9).

Defensa. Mejor por dentro que por fuera. Otra razón de su migración hacia terrenos de montaña. Grant es, y ha sido siempre, un sólido intimidador. 1,7 tapones este año, y 1,8 el anterior. Su altura y complexión, lejos de ser escandalosa, produce cierta desconfianza. 99,8 kg sobre la báscula y 206 centímetros de la cabeza a los pies. Y sin embargo, se ha destapado como un verdadero incordio ante big men mucho más corpulentos que él. Aunque le sucede justo al contrario ante jugadores más ágiles y atléticos que acuchillan desde el backcourt. De los 18 jugadores que ha defendido en al menos 30 posesiones esta temporada, Grant ha provocado un total de acierto combinado en sus rivales de 76 de 137. Nikola Jokic, por ejemplo, se lleva este año un 7 de 15 con Grant golpeándole las costillas, mientras que éste se ha visto claramente superado ante portentos de la genética como Andrew Wiggins (8 de 10) o Rudy Gay (9 de 12).

De lo mejor en playoffs. ¿Hay algo positivo que puedan sacar los Thunder de estos playoffs? Sí. Jerami Grant. En su dura eliminación ante Utah Jazz (4-2), la estadística nos sopla que el conjunto del Big Three fue ampliamente mejor que su rival con Grant en cancha. Y Grant estuvo en cancha muchos minutos en esta serie. Promedió 22,1 por partido, y mientras él anduvo en el parquet, los Thunder avasallaron a los de Salt Lake City: 8,9 puntos mejores por cada 100 posesiones. Grant no destacó por anotar un saco de puntos—43 en el acumulado de los seis partidos—, pero su impacto defensivo sí fue descomunal.

Pero…

Grant. Un jugador que ha sido titular en 5 de los 159 partidos que se ha enfundado la camiseta de Oklahoma City. Un jugador que todavía no ha tocado su particular techo, y un jugador que, a pesar de todo, chirría en un hipotético quinteto titular que incluyera a Westbrook, Adams y Andre Roberson (y el quinto independientemente Melo o George), debido al baloncesto que avanza, que arrolla, que imperializa y que, parece ser, gana campeonatos. La nueva y tirana filosofía de juego del sigo XXI. La incansable amenaza del extrarradio. El triple.

En este difícil contexto, echamos un vistazo a los últimos contratos de los Thunder, en búsqueda de la analogía y con el fin de tasar el valor o el precio que estarían dispuestos a pagar los Thunder por retenerle.

Hace solo un año, en OKC, para que les cuadrase el balance, no quedó otra que renunciar a Taj Gibson (por dos años y 28 millones se lo llevaron los Wolves) y conformarse con Patrick Patterson (un ‘4’ que lanza triples) por 16,4 millones en tres. En estas aguas (o más negras) nos movemos con Grant.

Como final contrapunto, en una de las primeras ruedas de prensa que ofreció Sam Presti tras la eliminación de su equipo y el jaque a su proyecto, dijo esto. «Estaría encantado si pudiésemos traer de vuelta a Jerami Grant al equipo».

Un pensamiento honesto, a la mínima que su staff le haya facilitado un análisis parecido al nuestro, y un reto nada fácil por delante. Inventar margen de maniobra suficiente en sus finanzas para que esto, tan intrascendente y nada mediático, ocurra.

*Datos extraídos de NBA Stats y HoosStats.


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