Spurs: ¿otra vez el fin de una era?

No han sido pocas las veces en las que, una vez terminada la temporada para San Antonio, se plantea la cuestión: ¿están acabados ya estos Spurs? Casi dos décadas después de que abrazaran su primer anillo de campeones, en 1999, Gregg Popovich sigue al frente de la franquicia texana. Y como siempre desde ese 1999 post cierre patronal, El Sargento se enfrenta a otro verano de rumores, reestructuraciones posibles de plantillas y quizá alguna que otra despedida.

Sin embargo, a diferencia de lo que ha podido suceder en otros cursos, los Spurs afrontan ahora situaciones críticas, porque van perdiendo poco a poco los santos y señas que hicieron de ellos una dinastía ciertamente atípica, pero prolongada exageradamente en el tiempo, con una vigencia de más de tres lustros. Caídos en el Oeste por un claro 4-0, que quizá hubiera sido diferente de no haber mediado la lesión de Kawhi Leonard, San Antonio cierra 19 temporadas seguidas en los playoffs. Y lo hace desde unas Finales del Oeste donde no han podido batir a los Warriors, presuntos dominadores de la NBA a corto plazo.

Hablábamos de botones que se van descosiendo en ese traje que Popovich ha construido durante más de 20 años. El primero fue David Robinson, retirado tras el segundo anillo de la entidad, en 2003. Por entonces, el relevo inicial de El Almirante, un Tim Duncan llegado en 1997, era ya la madurez de un plantel que avanzaría hasta otro anillo en 2005, otro en 2007 y prolongaría su era en 2014, con un triunfo sobre los Heat que supuso la salida de LeBron James, de vuelta a casa a Cleveland.

No, no es fácil sostener el éxito en tres décadas diferentes con tus ejes gravitacionales siempre ahí. Tony Parker, Manu Ginóbili y Tim Duncan ya estaba en el campeonato de 2003. Y juntos estuvieron en todos los sucesivos. Pero la edad y la vida no perdonan. Duncan se retiró en 2016, tras caer ante los Thunder; Parker ha sufrido una durísima lesión que pone en duda su impacto futuro en el equipo; Ginóbili, a vueltas con la retirada, no sabe qué hacer y se tomará algunas semanas para decidir. Pase lo que pase, prolongue su magia una campaña más o diga que ya ha sido suficiente, lo que haga Manudona no puede esconder una realidad, la de unos Spurs que deberán empezar a construir ya sí o sí con los ojos puestos en Leonard, su caballo ganador para el futuro.

Con contrato relativamente largo

A sus casi 26 años, La Garra está en su plenitud física. La ascendencia que tiene sobre el juego del equipo se ha visto claramente en estos playoffs¸ sobre todo cuando ha tocado medirse a los mejores. Hasta que Leonard cayó lesionado del tobillo en el Game 1 contra los Warriors, los Spurs iban ganando por más de 20 puntos. Desde ese momento, sin él, desastre absoluto y 4-0. Tampoco es cuestión de decir que sólo con el californiano las cosas habrían sido diferentes, pero es cierto que su presencia habría dado algo más de pimienta y habría desgastado más a Golden State.

Leonard tiene contrato hasta 2020, si bien de cara a la 2019/2020 puede optar por la opción del jugador y salirse del acuerdo para ser agente libre. Como quiera que sea, como mínimo los Spurs gozarán de Leonard dos temporadas más, en el pico de su carrera, en el momento en el que Leonard se tendrá que confirmar como lo que es, una de las estrellas del momento. Un jugador franquicia para ser lo más competitivos posible en el porvenir a medio plazo, conscientes los Spurs de que la omnipresencia de los Warriors y la relativa juventud de su quinteto inicial augura años de dominio en el Oeste.

Y esa competitividad, la realidad de volver a estar en la post temporada una y otra vez como viene sucediendo en los últimos 19 años puede desarrollarse con Leonard de capitán general y rodeado de buenos secundarios, jóvenes como los novatos Dejounte Murray, Bryn Forbes y Davis Bertans, además de la renovación del sorprendente y eficaz Jonathon Simmons, un hombre hecho a sí mismo, un obrero del baloncesto que cumple contrato, que ha jugado por apenas 800.000 dólares en esta 2016/17 y que ya ha suscitado el interés de equipos como los Knicks. Su renovación, toda vez que el futuro como de Parker como jugador con muchos minutos es una incógnita, se antoja necesaria para disponer de fuerza en la segunda unidad, en la que también ha de tener su presencia Kyle Anderson.

Junto con todo ello, están las cuestiones de Patty Mills y de Adam Hanga. El australiano ha sido un solvente elemento para el backcourt y ha realizado sus mejores eliminatorias por el anillo desde que está en la NBA. La lesión de Parker le permitió jugar más (26,0 minutos por duelo), un salto adelante al que respondió con su récord de puntos (10,3) y de asistencias (2,7) en unos playoffs. Será agente libre y por supuesto que pedirá y aspirará a más de los 3,5 millones de dólares que ha ganado en estos meses.

Hanga, por su parte, podría ser el sustituto natural de Ginóbili si el argentino decide colgar las botas. Los Spurs tienen los derechos de NBA sobre el jugador del Baskonia, que a sus 28 años ha sido nombrado el Mejor Jugador Defensivo de la Euroliga.

¿Paul, Lowry?

Lo dicho. En San Antonio saben que deben empezar a pensar en lo que viene sin Ginóbili o Parker, porque a corto plazo no estarán. Según informa ESPN, Chris Paul y los Spurs habrían acercado posturas. Paul tiene la opción de seguir en los Clippers o de salirse al mercado y renunciar a los 24 millones que le quedan para la 2017/18. CP3 ya aseguró cuando fueron eliminados los Clippers ante los Jazz que busca competir por un anillo, algo que quizá en California jamás logre. Además de Paul, otros agentes libres interesantes, como Kyle Lowry, que se olvidará de los 12 millones que tiene suscritos con Toronto y se convertirá en agente libre, podrían liderar la dirección de juego de los Spurs.

Pau Gasol y LaMarcus Aldridge

Los puestos más altos de la rotación tampoco pueden escapar a lo que venga. A sus 31 años, Aldridge ha completado unos playoffs discretos y carga con un contrato de 21,4 millones en el siguiente curso. A ello, hay que añadir que el 1 de julio de 2018 podría ser agente libre si opta por la player option para salirse de los Spurs, con lo que en San Antonio no verían con malos ojos traspasar ahora al jugador, que puede haber dado sus mejores años ya como profesional, cuando todavía están a tiempo de sacar bastantes réditos por él.

El caso de Gasol es diferente. El español, que cumplirá 37 años en julio, ha asegurado que quiere seguir jugando una temporada, dos, o las que vengan. En su mano está su futuro, porque él decide si ejecuta su opción de seguir, tasada en 16,2 millones de cara a la campaña que viene. El ala-pívot ha hecho sus peores playoffs desde que está en la NBA, aunque lo cierto es que ha sido un año de adaptación al equipo, donde su reconversión como triplista le puede garantizar un puesto firme en la rotación.

En la demostrada capacidad de adaptación de los Spurs, y del propio Gasol, estarán las bases de un futuro que, inevitablemente, por cuestiones del paso del tiempo, ya no tendrá mucho que ver con el pasado.


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