Washington y una planificación sin general manager

Los capitalinos, a dos días del Draft y con la agencia libre en el horizonte, aún no tienen sustituto para Ernie Grunfeld

18 de junio. Quedan dos días para la celebración del Draft. Washington Wizards, equipo poseedor de la elección número 9 para tal ceremonia, no tiene general manager. Así de extraña es la situación en el conjunto de la capital. En un verano que se antoja decisivo para determinar qué rumbo tomar –seguir apostando por el actual proyecto o girar en otra dirección–, los Wizards llegan a la primera etapa de montaña, el Draft, sin tener una cabeza visible en su oficina que tome las decisiones necesarias.

Por supuesto que la gerencia ha trabajado para que no sea así. A Ernie Grunfeld, quien estuvo al frente de las decisiones deportivas desde hace 15 años, se le despidió el 2 de abril. En aquel momento, y con tres meses por delante, la tranquilidad y mesura para encontrar un nuevo director de orquesta se impusieron. Con calma se abrió el proceso de entrevistas, en el cual se incluyó al ejecutivo de Oklahoma City ,Troy Weaver, al ex general manager de Atlanta y Cleveland, Danny Ferry, así como al presidente de los Denver Nuggets, Tim Conelly, siendo este último el elegido.

Washington lo tenía claro. El directivo de la franquicia de Colorado era quien reunía todas las características que deseaban. Con tal determinación, le pusieron una suculenta oferta por delante que le haría aumentar su salario en hasta 2 millones de dólares. Los Wizards pensaron que sería suficiente, pero se equivocaron. El 20 de mayo Connelly comunicaba su decisión de continuar en Denver, o lo que es lo mismo, rechazaba el ofrecimiento de los capitolinos para trabajar con plenos poderes para ellos.

Fue un duro golpe para Washington. A un mes del Draft aún había tiempo para retomar alguno de los contactos descartados al elegir a Connelly, e incluso para iniciar un nuevo casting con el que examinar a otros candidatos. Nada de eso ocurrió. Los Wizards dieron carpetazo hasta hace escasos días, cuando se ha rumoreado que la intención del propietario de la franquicia, Ted Leonsis, es hacerse con los servicios de Masai Ujiri.

Quizás aquí esté la clave del silencio de las últimas semanas respecto a la contratación de un nuevo líder para la dirección deportiva. Los Wizards parecen tener claro que quien llegue no puede ser ‘cualquiera’. Y entiéndase lo de cualquiera. Lo que desean es apostar sobre seguro y dar el poder a alguien que haya demostrado sobradamente que está capacitado para construir un equipo campeón. Ese es justo el perfil que creían haber encontrado con Connelly, quien ha realizado un trabajo magnífico en Denver hasta colocar a los Nuggets en la élite del Oeste. Y qué decir de Ujiri… Los Raptors son campeones en gran parte por su pericia en las negociaciones.

Pese a que la explicación esté clara, los hechos no dejan de ser los mismos. En dos días se celebra una de los momentos más importantes en la planificación de cualquier plantilla, el Draft, y los Wizards no tienen general manager para elegir su destino. Ya no hablamos de acertar con el pick 9 que poseen, algo que por descontado estaría bien que hicieran, sino que se trata de una noche en la que se cierran traspasos que determinan los siguientes movimientos de cada franquicia de cara a una agencia libre que se abre diez días después…

Leonsis descarta cambios por el momento

Vistas las informaciones aparecidas sobre la situación de la oficina de los Wizards, el propietario del equipo, Ted Leonsis, ha explicado que la falta de premura por encontrar un recambio para Grunfeld se debe a la gran confianza que se tiene en el actual equipo de trabajo, lo que a su vez le ha llevado a confirmar que hasta después de la agencia libre no habrá cambios al respecto.

«Estoy muy contento con el trabajo y la preparación de Tommy Sheppard (ha liderado las operaciones de baloncesto las últimas 11 semanas), el entrenador Scott Brooks y nuestro personal. Confiamos en que ejecutaremos tanto el Draft como la agencia libre de manera madura. Tener esa confianza me ha dado la libertad de continuar las conversaciones que he estado teniendo para construir una gran organización y, como resultado, no espero tomar ninguna decisión antes de la agencia libre», señala a The Washington Post.

El caso de Beal

Decir que los Wizards tienen muchos frentes abiertos es quedarse corto. En este momento cuentan con solo cinco contratos garantizados para la campaña 2019-20; eso sí, suman hasta 89 millones de dólares entre ellos empezando por los 37,8 que debe percibir John Wall. De esos cinco, uno es el de su jugador más cotizado, Bradley Beal, quien además no ha escondido desde hace meses sus dudas sobre el devenir del equipo. En abril, al concluir la campaña, literalmente dijo que estaba preocupado porque el equipo fuese en la dirección correcta. Pues bien, casi no hay dirección.

Mientras los cantos de sirena han ido llegando desde Los Ángeles y otros lugares, en Washington no han puesto remedio a lo que el propio escolta ve como un barco que navega sin saber bien a qué puerto se dirige. Beal, precavido, hasta el momento no ha pedido el traspaso ni parece que esté cerca de ello, pero sí que ha escuchado rumores que apuntan a que la gerencia está abierta a intercambiarlo, y que incluso lo estaría buscando de manera activa.

Si la idea es iniciar un nuevo proyecto, ya sea con Masai Ujiri u otro ejecutivo, conseguir un grupo joven de jugadores o algunas elecciones de primera ronda para el futuro sería lógico a todas luces, pero menos lo sería que un movimiento de este calibre llegase sin que el nuevo general manager tuviese nada que decir. Sí, Washington parece sumido en la inacción.

¿Y John Wall?

Este es quizás el punto más candente de la actualidad de los Wizards desde hace meses; bueno, más bien desde que en verano de 2017 renovase por cuatro años y 170 millones de dólares –el acuerdo entra en vigor el 1 de julio de 2019–. Es mucho dinero, y más incluso si vemos como los problemas físicos le han permitido sumar únicamente 73 partidos entre las dos últimas temporadas, un dato al que se suma la rotura del tendón de Aquiles que sufrió en febrero de este año, lesión que le mantendrá lejos de las canchas unos doce meses.

Con su jugador franquicia fuera de juego, los Wizards saben que sus aspiraciones de cara al curso 2019-20 se reducen drásticamente. Por un lado encontrar comprador se antoja imposible –tiene por delante esos 4 años y 170 millones que decíamos–, y por otro querer construir un conjunto ganador con una pieza de ese calibre en el dique seco tampoco sería realista. Entonces, ¿toca reconstruir y confiar en su plena recuperación? Es una decisión que deben tomar, pero por ahora no hay quien lo haga. Y es aquí donde vuelve a entrar Beal. Si quieren ‘tirar’ el año –suena fatal, pero es una posibilidad–, traspasar al escolta y apostar por el crecimiento de un núcleo joven a la espera de Wall puede ser visto por la gerencia como una ‘solución’. Conclusión: demasiada marejada para ir sin timón.

(Fotografía de Rob Carr/Getty Images)


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