Carmelo Anthony ha cerrado la serie frente a Utah con un +/- de -39, ha promediado 11,8 puntos, 5,7 rebotes y 0,7 asistencias, y ha amasado unos porcentajes del 37,5% en tiros de campo y 21,4% en triples, lanzando una docena de veces por encuentro.
Los Thunder han perdido la serie 4-2, y gran parte de las miradas han apuntado a Carmelo. El segundo miembro mejor pagado del dudosamente bautizado Big Three. Un jugador al que Billy Donovan solo ha mantenido un media de cinco minutos en pista, en los últimos cuartos de los seis partidos de la eliminatoria. La hora de los grandes.
El año que viene, Carmelo dispone de una opción de jugador por 27,9 millones de dólares. El forward aún no ha dicho si va aceptarla o no —aunque sería de un marxismo loco que no lo hiciera— pero sí ha adelantado ya qué rol no está dispuesto a aceptar. A sus 34 años, no sabemos si dinero; pero si está claro lo que no piensa sacrificar: más protagonismo.
«No pienso convertirme en un jugador de banquillo. Esto está fuera de toda duda», ha dicho Melo para ESPN. Esto lo decía al día siguiente de producirse la eliminación ante Utah, y justo recibía esta pregunta cuando Paul George pasó por allí. «Hey P! [George] Estos quieren que salga desde el banquillo!», exclamó con sorna.
Esfuerzo infravalorado
«Estoy centrado en ver qué es lo que quiero para el resto de mi carrera, en qué quiero para mi futuro y en qué estoy dispuesto a aceptar. Creo que todo el mundo sabe el tipo de sacrificio que he hecho en casi todo, con mi familia, mudándome aquí yo solo, he sacrificado mi juego por el bien del equipo, y estaba dispuesto a sacrificar cualquier cosa para que la situación funcionara. Así que es algo sobre lo que realmente quiero reflexionar, sobre si quiero convertirme en ese tipo de jugador y jugar el resto de mi carrera de ese modo, sabiendo que todavía tengo mucha gasolina en el depósito y mucho que dar al deporte del baloncesto».
De la, no hace tanto, máxima estrella del Madison, del All-Star ininterrumpido entre 2010 y 2017, hemos publicado varias noticias estos últimos meses respecto a su calculada pérdida de protagonismo en el esquema de Billy Donovan y sus Thunder, buscando exprimir una fruta a la que se estaban viendo incapaces de sacarle el jugo.
Anthony rechaza de plano la suplencia, y se cuestiona si está preparado para ver como le arrebatan, de golpe y porrazo, su insignia de estrella. Una duda de casi 28 millones de dólares.