¡Sí, sí, sí! Jonny ya está aquí!
Disculpad, pero si alguien se merece un cántico ridículo-enfático como entradilla de un post, es él. El jugador que personifica el espíritu ‘Ni retirada ni rendición’ de Corey Yuen como pocos en una NBA empeñada en escupirlo fuera, pero donde él se aferró a los goznes y hartó de paciencia mientras duró la tormenta.
Y lo que ha durado. Tres años donde muchos dudamos que Jonathan Isaac pudiese volver a ser de la partida y no otro caso de carrera truncada y hundida por las lesiones antes de tiempo.
Pero Orlando esperó, y él, el alero pick 6 del Draft que cuando se lesionó la rodilla en 2020 (meses después vino el cruzado) estaba en la senda de consolidarse en una de las piezas two-way más codiciadas de todo el circuito, está empezando a devolverles el favor.
Y es que los Magic lo están haciendo todo con tanto mimo que, incluso una vez se le declaró apto para los back-to-back, siguen aguantándolo en la segunda unidad. Ni un gramo de presión de más para un jugador en quien, a sus 26 años, aún mantienen muchas esperanzas, conscientes de que sano, es muy capaz de rescatar un cartel que todos creían perdido. Jugador de alto impacto en ambos lados de la cancha.
‘De todo’ ante los Kings
Ayer, ante los Sacramento Kings, y a pesar de la derrota final (109-107), demostró un poco de todo eso que, de la mano del tiempo y la regularidad, esperan que pueda aportar a tiempo continuo. 25 puntos (récord de anotación), 7 rebotes, 2 tapones y un robo para un bárbaro +26 en pista. Un primer cuarto perfecto y un buen final de encuentro donde anotó 10 de 13 en tiros de campo y exhibiendo un amplio repertorio en cuanto a formas de anotar.
Hubo triples, mid-ranger tras bote, penetraciones con rectificados, contundencia en transición, cortes resueltos con mates y hasta un bonito fade-away. Y en defensa, como siempre: constancia, movilidad ejemplar, estorbando siempre y un desafío para cualquier jugador que le encare en el 1vs1.
Hace un mes dio el susto, pero se quedó en eso; un nuevo susto en la rodilla que no fue a más. Se le ve y nota más sano, fresco y en forma desde los tiempos de su primera lesión grave en año de pandemia, y su rendimiento no hace sino mejorar en unos Orlando Magic que están para competir y complicarle la vida a cualquiera en playoffs.
Lo dijo en verano, seguro de su discurso optimista: «Este realmente va a ser el primer verano que podré trabajar completamente. En los dos veranos anteriores he estado inmerso en un proceso de rehabilitación para volver a la cancha. En unas semanas espero poder trabajar sin restricción alguna, y así poder hacer todo lo necesario para tener una campaña alejado de los problemas físicos».
Toda cautela es poca, pero hoy es día de celebrar. Derrota mediante. Hoy el post al completo es para Jonathan Isaac. Un gran jugador decidido a no renunciar al que, sigue convencido, debe ser su destino.
(Fotografía de portada de Julio Aguilar/Getty Images)