Muy brevemente, pero, además de Terance Mann, héroe de ayer por derecho, hay que hablar de Nicolás Batum, a quien no le dedicamos un post específico desde que supimos que firmaba con los Clippers el pasado 30 de noviembre. Y se lo ha ganado. El francés está cerrando algunas bocas, incluida la de este miembro de la redacción que os lo cuenta.
En 2016, el forward galo era un gran activo de la NBA. Un jugador en la cima de su juego y sumido en charlas de renovación con una franquicia, los Hornets, de escaso tirón mediático. Un combo peligroso y fácilmente inflamable, teniendo en cuenta el momento en que se producía. Y boom: 5 años y 120 millones de dólares. Las reacciones en Disqus no se hicieron esperar. Algunas de mis favoritas:
- «Cada día más satisfecho con el contrato de Carmelo…».
- «24 kilos por año. Se nos va de las manos esto».
- «Analizando todo esto Tristan hasta les salió barato a los Cavs».
- «Manos a la cabeza y más manos a la cabeza con los nuevos salarios».
- «A Cibeles».
2016 fue el año del petardazo televisivo. Del dispendio. De los contratos locos y fichas inimaginables en jugadores de medio-pelo. Batum pareció caro, pero tampoco un auténtico disparate. Tenía 28 años y un perfil muy completo, capaz de hacer un poco de todo y con holgura sobre una cancha de baloncesto. Sabía atacar, defender y rebotear, y nunca le interesaron los focos ni las portadas. Un jugador sólido, íntegro y de perfil bajo; de los que hacen grupo y no alzan la voz reclamando atención.
Atraco sin perdón
Pero entonces, al poco de firmar, fueron las migrañas. Luego el codo. Y luego el codo otra vez. Sus números, sin embargo, no se resintieron demasiado al principio, pero su peso en pista cayó bruscamente, y el garçon tampoco pareció muy preocupado por revertir la situación ni recuperar la fe de su técnico.
“Quiero pedir disculpas a la gente de aquí. Porque tuvieron mucha fe en mí y no ha salido bien… Esto no ha funcionado. ¿Pero qué debería hacer? No quiero ser un agujero para este equipo. No quiero ser egoísta. No soy el típico jugador que dice: ‘Vale, salgamos esta noche. Este entrenador apesta. No aparezcas. Lanza 25 balones por partido’. No, no haré eso. No lo necesito y no soy así”, fueron ‘sus disculpas’ en marzo de 2020 tras cuatro años de no rendir a la altura de su macro-renovación.
¿Que qué debería hacer? Pues en primer lugar no ejecutar su player option por 27,13 millones. Pero eso sí que lo hizo, lo que dejaba las disculpas en papel mojado, mientras el verde panoja llegaba seco y fresquito a sus cuentas bancarias.
En fin, que Batum (tampoco seré hipócrita ni arcángel) hizo lo habitual y lo que casi cualquiera en su lugar. Y con el cartel de tóxico y casi de ex-jugador pendiendo del cuello tras disputar sólo 22 encuentros (3 de titular) en el curso 2019-20, aterrizó en la agencia libre tras no quedarle a los Hornets más remedio que cortarlo.
Pero Batum no era otro Parsons, y su reputación en la liga no estaba pisoteada ni mucho menos. Fue saber que volvía a estar disponible y hasta seis equipos mostraron interés inmediato en él. Entre ellos, Steve Ballmer y sus L.A. Clippers. La franquicia californiana se impuso en las negociaciones a Nets, Warriors, Jazz, Bucks y Raptors. Con el dinero habiendo dejado de ser un problema y con el campeonato ahora como su principal aliciente, el alero se conformó con 1 año y 2,5 millones de dólares. Volvamos a uno de mis pasatiempos favoritos: vosotros y vuestra ironía en Disqus:
- «Uh, ahora si no los para nadie en su camino al titulo…».
- «Y es ahora cuando viene un deja vu, y recuerda cómo se juega baloncesto».
- «Pero si el gran defecto de los Clippers era que en los momentos, cuando sus pechosfrios ( Estrellas) no podían crearse sus tiros, no tenían a ningún base que recondujera y liderara el equipo, y siguen sin tenerlo…».
Aunque siendo justos, no fue ese el tono predominante, y fuisteis muchos lo que considerásteis que ‘este Batum por ese precio’, podía ser una adición más que sugerente.
- «Por el mínimo y con 32 años, Batum es un fichajazo. O es que creéis que su motivación va a ser la de los últimos años.
- Si la salud se lo permite, es un jugador válido para entrar desde la segunda unidad».
- «Con que esté sano y se haga sus 5 o 6 puntos, 2 o 3 asistencias y porcentajes decentes es un jugador interesante de rotación».
De ‘muy bien’… a ‘aún mejor’
Pues al lío con la review. La campaña regular 2020/21 nos ha dejado un Batum más frecuente en la primera unidad que en la segunda (38 titularidades por 29 suplencias), clave para Tyronn Lue en la rotación (27,4 minutos de media) y anotando más (8,1 puntos) e increíblemente mejor de lo que la lógica evolutiva vaticinaba (46,4% en TC y un 40,4% en triples).
Pero una cosa es la RS y otra los playoffs, y en una plantilla tan larga como la de los Clippers lo normal habría sido pensar que su papel hubiese perdido varias líneas de guión en las eliminatorias. Por el momento, nada más lejos.
De los 13 partidos que el equipo lleva jugados entre Mavericks y Utah Jazz, Nicolas Batum los ha jugado absolutamente todos, y 9 de ellos saltando de titular. Además ha elevado sus 27,4 minutos de RS hasta los 32,5 actuales, y roza los diez puntos por partido (9,8) con porcentajes casi inverosímiles (50% en TC y 41,4% en triples con 4,5 intentados por cada duelo).
No sólo está inspirado en ataque sino absolutamente entregado en defensa y esas labores que encuentran su recompensa en la intensidad y el sacrificio. Batum está robando balones (1,8) e incluso taponándolos. Y anoche… anoche fue su gran noche.
Por 2,5 millones, ante el mejor equipo del Oeste en fase regular y en un Game 6, Batum fue el jugador más intocable en cancha de los Clippers tras Paul George.
El internacional por Francia estaba sembrado y Lue supo verlo, dándole rienda suelta y 40 minutos a los que éste respondió con 16 puntos, 7 rebotes (3 ofensivos), 2 asistencias, 2 robos, 3 tapones, y un 6 de 9 en tiros. Físicamente está finísmo, y cuando el cuerpo le acompaña, su gran envergadura (7,1 en wingspan) le permite colocar chapas y realizar mates como los de la pasada velada.
Todo esto cobra un mayor valor o importancia de aquí en adelante porque Kawhi Leonard no sabemos cuándo volverá. O siquiera si volverá. Sin Serge Ibaka (lo que desplaza Morris claramente al puesto de ‘4’), sin Kawhi y con la confianza en Luke Kennard bajo mínimos, Batum tendrá un papel fundamental en las que serán las primeras Finales de Conferencia de la historia de la franquicia y, quien sabe, si la previa a su estreno en las Finales de la NBA.
Hace menos de un año, quién lo hubiera dicho. De atracador a ganga. Yo, desde luego, ni de broma.
(Fotografía de portada de Kevork Djansezian/Getty Images)