Nuevos equipos y retos de los jugadores españoles tras el mercado

Año de cambios –iba a decir verano– para los jugadores españoles en la NBA. A diferencia de anteriores mercados, en esta ocasión todos han estado involucrados activamente, ya sea encontrándose inmersos en traspasos o firmando nuevos contratos en la agencia libre. En un periodo entre temporadas tan atípico como para tener solo dos días entre el draft y la agencia libre, y solo un mes entre ésta y el comienzo de la competición –fijado para el 22 de diciembre–, los equipos han trabajado con avidez para ir dando forma a sus plantillas. Y sí, entre esos movimientos hemos visto a Marc Gasol, Ricky Rubio, Serge Ibaka, Willy Hernangómez y Juancho Hernangómez cerrando sus nuevos destinos. Toca echar el freno a mitad de mercado y repasar la situación en la que queda cada uno de ellos.

Ricky, regreso a Minnesota

Empezamos por el único que se ha visto involucrado en intercambios, y no en un uno, sino en dos en un lapso de 72 horas. A Ricky Rubio no le ha valido de mucho el hecho de formar parte de los Suns que firmaron un 8-0 en la burbuja de Orlando. La franquicia de Arizona deseaba incorporar a Chris Paul –así lo hizo– y no dudó en incluir al base de Masnou en el acuerdo. En esos momentos su presente en la Liga se atisbaba complicado. Llegaba a un equipo en descomposición que se prepara –a base de acumular primeras rondas de futuros drafts– para la que será una profunda reconstrucción. Por suerte para Ricky su viaje no se detuvo en el desierto, sino que únicamente hizo escala para terminar en un destino que bien conoce: Minnesota.

Así es. Los Timberwolves cerraron un traspaso con OKC para recuperar al que fue su base entre 2011 y 2017. Aquellos años, compartiendo en gran parte de ellos equipo con Kevin Love, un jovencísimo Ricky enamoró a los aficionados de Minneapolis con su desparpajo y habilidad para convertir en realidad acciones que la inmensa mayoría ni puede imaginar. Fueron 353 partidos para un total de 2.991 asistencias –segundo que más tiene en la historia de la organización– Fueron años de ilusión que no se terminaron de traducir en éxitos colectivos.

Ahora, a sus 30 años, Ricky vuelve a casa para encontrarse con un equipo muy diferente al que dejó, pero en el que bien conoce a su principal estrella, Karl-Anthony Towns, con quien compartió vestuario entre 2015 y 2017. Sin duda este hecho, unido a que tendrá como compañero a Juancho Hernangómez, es un punto positivo para su retorno, en el cual no está del todo claro el rol que tendrá en la rotación de Ryan Saunders.

Los Wolves llegan a la campaña 2020-21 con un backcourt inicial en el que presumiblemente estarán D’Angelo Russell y Anthony Edwards, número 1 del draft de 2020. Ricky en principio debería ser el escudero del primero de ellos, ya que su labor sería la de dirigir el equipo; aunque claro, dada su experiencia, tampoco es descartable verlo en pista en los minutos decisivos de más de un partido. A título personal, el point guard español cuenta con la tranquilidad de tener contrato asegurado hasta 2022, pero no por ello debe dejar de apretar los dientes para dejar claro que su talento merece un papel protagonista. Minnesota quiere dar un paso al frente y ser equipo de playoffs. El objetivo de Ricky es ser parte esencial del núcleo que logre tal cometido.

Marc, siguiendo la estela de Pau

Quién nos iba a decir a principios de 2019 que íbamos a ver a Marc Gasol ganando el anillo con Toronto ese mismo año y que 16 meses después firmaría con Los Angeles Lakers. Recuerdo que en sus últimos meses en Memphis los análisis se ceñían a una línea pesimista, esa que remarcaba que sus mejores años se estaban consumiendo sin estar ni cerca de competir por un campeonato. Pues bien, ya tiene uno y el segundo puede estar en camino.

Pese a que su temporada 2019-20 ha estado alejada de lo que se esperaba –enlazar anillo, Mundial y nueva campaña NBA no ha ayudado–, Marc ha recibido el interés de varios equipos; y no de cualquiera, sino de aspirantes. Ha podido seguir en Toronto –jugarán en Tampa–; ha tenido la opción de marcharse a Clippers, donde están Kawhi Leonard y Serge Ibaka; tampoco ha faltado la oportunidad de vivir una aventura en San Francisco con Stephen Curry… Nada de eso ha ocurrido. El oro y púrpura ha sido el elegido.

Como si tratase de un dejá vu o de un buen remake –no abundan–, Marc Gasol peleará por un nuevo anillo allá donde su hermano Pau Gasol inscribió su nombre con letras de oro. Con algo más de una década de diferencia, el mediano de los Gasol jugará por fin en el equipo que le eligió en el puesto 48 del draft de 2007, ese mismo que traspasó sus derechos a los Grizzlies justo para hacerse con un E.T. que por entonces ya era una estrella de la Liga.

Pau llegó a un equipo cuyo referente era Kobe Bryant. Marc lo hace a uno en el que LeBron James y Anthony Davis están al mando. Al estilo de lo que vimos la temporada pasada, a Big Marc no se le pedirá que lleve el peso ofensivo ni que reparta juego –no es nada malo asistiendo–, su papel se ceñirá a ser esa pieza fuerte bajo el aro que sirva de ancla para la defensa de un equipo que el curso pasado tuvo justo en esta faceta del juego el punto diferencial respecto a sus rivales. Ha firmado por dos años. Llega el momento de disfrutar y dejar su huella en una de las más franquicias más icónicas de la historia. Y por qué no: podemos soñar con verle jugar, aunque sea un día, junto a su hermano Pau.

Ibaka, referencia interior de Clippers

Poco o nada queda de aquel chico que ganó aplausos y respeto en la NBA por su espectacular capacidad taponadora. Serge Ibaka es hoy día un jugador completísimo que ha sabido trabajar y crecer hasta ser una pieza que todo equipo desearía tener en su roster. Pero claro, solo uno puede disfrutarlo, y en esta ocasión el que se ha llevado el gato al agua es uno de los mayores aspirantes al anillo: Los Angeles Clippers.

La franquicia angelina necesita respirar aires renovados. Por supuesto que seguir contando con Kawhi Leonard y Paul George era y es la parte esencial del plan, pero darle un giro importante al proyecto se antojaba indispensable tras el fracaso de los pasados playoffs. En este mercado han perdido a Montrezl Harrell y JaMychal Green, dos bajas muy sensibles, ya que el primero fue nombrado Mejor Sexto Hombre del pasado curso mientras que el segundo disputaba hasta 20,7 minutos por noche. Por ahí se podía pensar que el proyecto se tambaleaba, pero suplirlos con alguien del calibre de Ibaka, y más con un más que ajustado contrato de 2 años y 19 millones de dólares, les ha otorgado un nuevo impulso.

Como comentamos al principio, Ibaka continúa siendo un gran defensor, uno que incluso ha añadido nuevas cualidades a este lado de la cancha. Cerca del aro se mantiene más que resolutivo, pero la mejora llega por la capacidad para ser igualmente efectivo cuando se aleja del aro, algo realmente importante en la actual NBA. Ibaka tiene una gran movilidad, y tan pronto está cerrando un rebote como lo ves aceptando un cambio para defender cerca de la línea de tres puntos. Y sí, esta línea no es nada desconocida para él, ya que su crecimiento le ha llevado a ser también una amenaza desde esta distancia cuando el balón está en manos de su equipo; no en vano firmó un 51,1 por ciento en los playoffs de la burbuja de Orlando.

La sombra de Harrell –al que verán mucho al haber firmado con Lakers–, será menos alargada contando con Ibaka, quien ayudará a abrir la cancha en ataque para convertirse en una referencia cuando los caminos se cierren para Leonard, se reencontrará con él, y George. Su rol, como titular, no bajará de ser clave en el buen funcionamiento de un equipo al que solo le vale llegar a las finales de conferencia en la campaña que se avecina. Y sí, en ese supuesto Marc y Serge se verían frente a frente. ¡Que esto empiece ya!

Juancho, una gran apuesta de Minnesota

Gersson Rosas dejó claro allá por el mes de mayo que deseaba que Juancho Hernangómez fuese jugador de Minnesota durante mucho tiempo y ha actuado en consecuencia. Tres años y 21 millones de dólares son la prueba de que confían en él, de que no solo lo quieren para completar la plantilla, sino para que sea parte importante de la misma. Y bueno, para qué dar más vueltas, se lo ha ganado.

Traspasado de Denver a Minnesota cuando en el pasado mes de febrero, Juancho disputó únicamente 14 partidos con los Wolves, ¡pero qué partidos! Titular en todos ellos y contando con 29,4 minutos por noche en pista, el menor de los Hernangómez promedió 12,9 puntos y 7,3 rebotes mientras atesoraba un genial 42 por ciento desde el triple. Los T-Wolves no necesitaron más para decidirse. Tenían a Karl-Anthony Towns, habían sumado a D’Angelo Russell y ahora se abría la posibilidad de hacerse con un jugador que había caído de pie en el equipo. No la han desaprovechado.

Juancho no regresa a Minnesota con el halo de tener que demostrar su valía, sino con la necesidad de ponerla en práctica desde el primer día. Desconocemos si el plan es darle la titularidad o que empiece desde el banquillo, pero ya sea uno u otro el contexto que se encuentre de inicio, lo que es seguro es que minutos no le van a faltar. Los Timberwolves han apostado por él y ahora le toca corresponderles. Quizás los números de la pasada campaña, cuando había varias lesiones en el equipo, incluyendo a Towns, no sean una referencia real, pero continuar aportando físico, energía y acierto exterior se antoja clave para que su peso en la rotación crezca día a día.

Al igual que comentábamos con Ricky Rubio, quien será su nuevo compañero, Hernangómez deberá dar lo mejor de sí mismo para empujar a los de Minneapolis al siguiente nivel. En una Conferencia Oeste que se vuelve a atisbar muy dura, quizás no les termine alcanzado para ser equipo de playoffs, pero estar en la pelea por ello es lo menos que se les exigirá. Ha llegado la hora de que Juancho demuestre que lo vivido en febrero y marzo de 2020 puede ser su realidad en la NBA.

Willy y una oportunidad junto a Zion

Acabamos con Willy Hernangómez. Su situación quizás sea la menos estable de los cinco españoles que juegan en la NBA. Pese a que sus números en anteriores temporadas siempre han respondido casi por encima de los minutos disfrutados, le ha costado ganarse un sitio importante en el esquema de sus entrenadores. Y decimos lo de los números porque tras cuatro temporadas en la Liga promedia 6,9 puntos y 5,4 rebotes en 14,4 minutos por noche –serían 17,1 puntos y 13,5 rebotes en 36 minutos…–, que ya está bien.

Su rendimiento le ha valido para ganarse una nueva oportunidad en uno de los equipos que más focos congregarán a partir del 22 de diciembre: New Orleans Pelicans. La franquicia de Luisiana le ha firmado un contrato garantizado de una temporada por el salario mínimo (1,73 millones de dólares en su caso). Allí, en la Ciudad del Jazz, se encontrará con un conjunto cuyas principales figuras son Zion Williamson y Brandon Ingram, y en el que de cara a la campaña 2020-21 solo se aprobará si se entra en playoffs.

Más allá del nivel que puedan dar los Pelicans a las órdenes de Stan Van Gundy con los cambios en el roster –el encaje rendimiento de Eric Bledsoe y Steven Adams está por ver–, en lo que concierne a Willy hay dudas más que fundadas sobre el tiempo que tendrá sobre el parqué. Siendo Zion la pieza sobre la que girará el equipo, su puesto –si queremos señalar uno–, será el de ‘cuatro’, por lo que solo quedará una plaza en la pintura. Steven Adams apunta a titular. A sus 27 años es sin duda uno de los mejores pívots jugando cerca del aro. Tras él, Jaxson Hayes, número 8 del draft de 2019, también parece llamado a tener cierto peso en la rotación tras promediar 16,9 minutos en su temporada de novato. No vamos a mentir. A día de hoy encontrarle sitio a Willy se antoja complicado, más teniendo en cuenta que no tiene tiro exterior, algo de lo que también adolecen los anteriormente nombrados.

Para la esperanza queda que de un minuto a otro puede cambiar el panorama. ¿Mantendrán los Pelicans a Adams? ¿Actuará en algún momento Williamson como ‘tres’? Son preguntas que podemos hacernos pero que no pasan de meras suposiciones. Zion, por su físico y estilo de juego te obliga a dejar sitio en la pintura, por lo que sobrepoblar ésta parece del todo contraproducente. Cuesta ver a Adams anclado bajo el aro si es justo el lugar que va a atacar Zion… y más aún que Willy desplace a Adams para ser él quien haga esa labor. En todo caso, el exjugador de Baloncesto Sevilla y Real Madrid debe encarar la temporada como una nueva oportunidad para mostrar sus cualidades, siendo el rebote su mayor virtud. New Orleans es hoy el destino, uno que puede seguir abriéndole puertas para encontrar otro mañana.

(Fotografía de Harry How/Getty Images)


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