¿Mira dónde pisas? No, mira por dónde andas: de Pachulia a Anteto

Si vas saltar, salta; si vas a matar (jerga-básquet), mata; si vas puntear, puntea; si vas a pelear por el rebote, ve al cielo por ...

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Por Enrique Bajo

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Si vas saltar, salta; si vas a matar (jerga-básquet), mata; si vas puntear, puntea; si vas a pelear por el rebote, ve al cielo por él. Pero ten presente que en una cancha de 15×28 y con otras nueve rocas donde rara vez alguna bajará del 1,85, casi nunca harás nada de eso sólo. Hay que tener en cuenta, siempre, al que te pelea la acción. La deportividad empieza por recordar que en este deporte, por más que ames los isolations, jamás juegas solo.

Esto no va de mala fe. Ni de dolo. Va de precaución –de su ausencia mejor dicho– y, si queremos estirar el chicle, de culpa o negligencia. Y no es por cambiar la luz del foco cuando pareciera que éste debería apuntar en exclusiva a los Bucks, a felicitarles por su proeza, o en comentar ese triple de KD que por dos milímetros no fue.

Pero es que ya bastante hay con tener un arranque de Finales del Oeste sin Kawhi Leonard ni Chris Paul por causas que escapan a nuestro (y su) control, como para añadir otras bajas que, con un extra de cuidado, podrían haberse evitado. Y por supuesto el impacto en las consecuencias y el cambio en la narrativa que estas traen consigo.

Kyrie Irving debió haber jugado el Game 5 (y el 6 y, de requerirse, el 7). Al igual que Kawhi Leonard jamás debió salir a las primeras de cambio de la serie frente a los Warriors de 2017. Aquel Game 1 en que San Antonio vencía por 78-55 hasta el desgraciado impasse, y que terminó por remontada y derrota 111-113.

La acción que dejó al alero de los Spurs fuera de los playoffs llevaba nombre y apellido de origen georgiano: Zaza Pachulia. No vamos a entrar si hubo o no mala fe o mala leche en lo que hizo; él lo lamentó, se disculpó y negó todo rastro de intención y Kawhi optó (públicamente al menos) por creerle. Asunto zanjado.

Otro tema distinto es si Pachulia podría haberse ahorrado ese ‘pasito’ de más que invadió la zona natural de caída de Leonard tras la suspensión. Y la respuesta es sí; rotundamente sí.

Una acción que recordó demasiado, aunque menos descarada, a la que popularizó Bruce Bowen con Vince Carter como presa habitual. Pero aquello era otra historia. Alevosía, desealtad y maldad en estado puro eran los adjetivos. Aquí, en lo que respecta a la lesión de Leonard y a la de Kyrie Irving, prefiero hablar de una cautela que, si bien no es reglamentariamente exigible, no estaría de más poner cierto ahínco en ella. Más que nada porque hoy es un rival, pero mañana puedes ser tú o un compañero. Ya que estas son situaciones que se repiten partido tras partido.

La de Pachulia a Leonard la tenemos todos clara, pero la de Giannis Antetokoumpo a Uncle Drew ha pasado mucho más desapercibida. Quizás porque ese tipo de acción la tenemos naturalizada y porque los deseos de lesionar al rival son del todo inexistentes. Lo cual, esto último, al tobillo torcido y lastimado, le importa cero.

Marc Berman del New York Post y el ex jugador Jalen Rose –quién pidió la flagrante retroactiva– vieron lo mismo que yo: un Irving ya en el aire en la ejecución de un teardrop, y posteriormente un Anteto que se adentra en su círculo normal de aterrizaje. Y lo hizo sin ningún ánimo, además, de buscar el tapón ni opciones de disputar el rebote. En otras palabras, Giannis no pintaba absolutamente nada ahí.

Esta jugada, insisto, la hemos visto mil no, un millón de veces. El defensor que se apresura a rescatar el balón antes incluso de que bese la red para sacar cuanto antes desde la línea de fondo, y cuando al jugador de ataque apenas le ha dado tiempo aún a patinar por la madera tras una bandeja vertical y agresiva. Lo de Irving fue, claro, mala suerte. Pero mala suerte de esa que se podía evitar con medio gramo más de empatía.

Nunca sabremos si aquellos Spurs de 2017, con The Claw, habrían sido rival para la maquinaria de Dub Nation, o si Irving habría sido capaz de cambiar el rumbo de la serie ante los Bucks. Al igual que tampoco sabemos cómo o cuánto afectarán al curso de las Finales del Oeste estas primeras ausencias de Leonard y Paul para Clippers y Suns. Con la diferencia de que las primeras, no dependieron exclusivamente de la cruel fortuna.

(Fotografía de portada de Stacy Revere/Getty Images)

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