Joel Embiid: «No me veo jugando los 82 partidos»

Joel Embiid lleva sin disputar un partido desde el 27 de enero —partido en el que anotó 32 puntos ante Houston—. Desde que fue seleccionado por los Philadelphia 76ers en el Draft 2014, ha disputado un total de 31 choques de los 246 posibles en temporada regular; todos ellos durante este último curso.

Es por esto que el propio Embiid prioriza el realismo y la cautela por encima de cualquier optimismo desmesurado a la hora de hablar del futuro.

En marzo, el pívot pasó por el quirófano para tratarse su último percance físico, un desgarro de menisco. Todo son dudas por dilucidar por ahora: desde el momento en el que el jugador recibirá el alta deportiva hasta si, en las actuales circunstancias, los Sixers estarán dispuestos a ofrecerle el máximo salarial llegado el momento de renovar.

Cansado de picos y valles, de pasar de aspirante a uno de los mejores rookies de todos los tiempos a quedarse sin el galardón por incomparecencia, Embiid quiere estabilidad. Y si para ello debe abandonar algunos hábitos de temporada pasada, está dispuesto.

Para empezar, no se pone como objetivo disputar los 82 partidos de regular season: «Nos estamos centrando en el primer partido de la temporada. Antes hay varios partidos amistosos y el training camp. Pero la idea es que si no estoy al cien por cien, no jugaré esos partidos», afirma el center al medio Metro. «Es difícil de decir —respecto al reto de los 82—. Dependerá de mi cuerpo y dependerá del equipo. Si pudiera jugar los 82 partidos desde luego que lo haría pero, honestamente, no creo que los juegue».

Establecer ciertos límites

Una vez en cancha, Embiid reconoce que la pasión le embriaga por encima de la razón. «Amo el baloncesto, y cuando estoy en pista me resulta difícil controlarme —recuerdos de una persecución desaforada en busca de un tapón espléndido y tardío a LeBron James—. Pero saltar a las gradas para salvar balones y cosas así, es de las cosas que tengo que corregir. Además, me dejé caer mucho al suelo el año pasado, pero creo que fue porque estaba haciendo flopping. Tengo que abandonar esa costumbre esta temporada».

Cuatro años después de llegar a la NBA, una temporada sophomore simplemente al nivel de los 31 partidos del curso pasado ya sería un éxito sensacional.

Pero, para alcanzar objetivos como éste, hace falta una rotación suficiente y de garantías que impida que se note en demasía la ausencia de Embiid en el parquet. Por ello, rumores de traspaso como el de Jahlil Okafor deberían dejar de producirse.


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